Los niños y el colesterol: Aspectos para tener en cuenta.
¿Qué es el colesterol?
Es un tipo de grasa presente en las células de nuestro cuerpo y en las células animales (carnes, huevos, lácteos). Los alimentos de origen vegetal no lo contienen. Esta sustancia es esencial para la vida, ya que interviene en la formación de las membranas celulares, participa en la composición de hormonas y ácidos biliares. Si bien es muy importante, en exceso es muy perjudicial para la salud.
¿Pueden los niños tener colesterol o elevado?
En las últimas décadas el riesgo de aumento de colesterol en los niños ha aumentado por el empeoramiento de la alimentación y de los hábitos de vida, como el sedentarismo que se ha favorecido por la computación y las actividades de teclado. En la dieta actual existe un consumo excesivo de proteínas, grasas animales y energía, lo que genera una sobre-nutrición, con alto consumo de azúcares y bebidas azucaradas, que predispone al sobrepeso, con escaso consumo de agua, frutas, vegetales, pescado, fibra, minerales y micronutrientes. Con una marcado predominio de la comida industrial en lugar de la comida cruda o natural.
¿Cuáles son es las causas de la elevación de colesterol en los niños?
El aumento de colesterol puede ser hereditario (familiar) o responder a otras causas (secundario) como por ejemplo hipotiroidismo, obesidad, sida, diabetes o consumo de anticonceptivos en las adolescentes. Pero también puede ser provocado por hábitos alimentario inadecuados, con abuso o predominio de comida “chatarra” y productos industriales (golosinas, snack, galletitas con relleno, etc.)
¿Cuáles son los valores normales de colesterol en la infancia?
El valor de colesterol debe estar por debajo de 200 mg % pero más específicamente podemos dividirlo en:
· Nivel deseable (menor de 170 mg %)
· En el límite de la normalidad (170 y 199 mg %)
· Elevado (Mayor de 200 mg %)
Un valor de colesterol superior a 400 mg % sugiere una alta probabilidad de hipercolesterolemia familiar.
¿Existe más de un tipo de colesterol?
En realidad el colesterol es uno solo, cuando se habla de colesterol LDL o HDL se está haciendo referencia al tipo de proteína que lo transporta. El colesterol LDL (malo) transporta 70 a 75 % del colesterol, desde al hígado a los tejidos, por su baja densidad se puede depositar en las paredes arteriales y contribuye al proceso de obstrucción llamado arterioesclerosis. El colesterol HDL (bueno) transporta el 20 a 25 % del colesterol y no permite que se adhiera a las paredes arteriales o sea que realiza un efecto de “barrido” de las arterias, transportándolo desde los tejidos al hígado, donde es eliminado.
¿Cuáles son los valores normales del colesterol bueno y malo?
El colesterol LDL (malo) debe ser menor de 130 mg % (aunque es valor ideal es menor de 110 mg %) y para el colesterol HDL ((bueno) el valor normal debe ser superior a 45 mg % (con un valor deseable mayor de 60 mg % y cuanto más alto sea mejor)
Es importante mencionar aquí que la actividad física aumenta el colesterol bueno, al igual que algunos alimentos saludables como el pescado, el aceite de oliva y los frutos secos.
¿Por qué es importante que el colesterol se encuentre dentro de los valores normales?
Hoy se sabe que los depósitos de colesterol en las arterias se producen desde la infancia, es por eso que se recomiendan estilos de vida y hábitos alimentarios saludables.
Cuando la cantidad de colesterol supera los valores normales, se transforma en un factor de riesgo, porque predispone problemas coronarios y circulatorios, por obstrucción arterial. Dado que existe un fenómeno llamado “tracking” o canal, que se define como la continuidad en el tiempo del valor de colesterol a partir de los 12 años. O sea que el valor de colesterol en la adolescencia es un factor predictivo del colesterol en el adulto, porque los hábitos adquiridos a esa edad en general se mantienen, salvo que se realice una intervención nutricional adecuada para disminuir el riesgo y modificar los valores alterados.
¿Cuándo se debe realizar un control de colesterol en los niños?
Los expertos en el tema de distintos países, establecen que no es necesario realizar el control de rutina a todos los niños. Se debe solicitar el dosaje cuando hay antecedentes de infarto antes de los 55 años, en familiares de primer orden, diabetes, obesidad o alguno de los padres presenta un valor de colesterol superior a 240 mg % o triglicéridos por encima de 200 mg % También se solicita si el niño padece diabetes, hipotiroidismo, síndrome nefrótico, obesidad (con IMC mayor a 25) si es HIV positivo o consume una dieta o altamente aterogénica (muy selectiva o desequilibrada)
¿Todas las grasas son malas para la salud?
Las grasas constituyen el principal aporte de energía, durante los primeros dos años de vida, son nutrientes necesarios y esenciales por excelencia, ya que proporcionan el doble de energía que la misma cantidad de proteínas o de hidratos de carbono. El aporte de grasas en general no debe superar el 30 a 35 % de la dosis total de las calorías que consumimos. Por eso la dieta debe estar constituida por alimentos variados y ser adecuada para la tasa de crecimiento del niño.
Según su origen, podemos dividir a las grasas en: grasas animales o grasas vegetales. Y según su función podemos dividirlas en grasas “buenas” (saludables) y grasas “malas” (menos saludables o aterogénicas, porque favorecen el depósito de colesterol)
¿Cuáles son las grasas “malas”?
Las grasas malas o “saturadas” son sólidas en temperatura de ambiente, aumentan los niveles de colesterol total y LDL (malo) y son la grasa de la carne, pollo o cerdo, la manteca, margarina y la grasa presente en la leche, lácteos enteros, yogur, queso, crema de leche, postres, etc. Además debemos incluir a las grasas “trans” o hidrogenadas, que están presentes en galletitas, panes y productos de fabricación industrial, que producen elevación del colesterol total y disminuyen el colesterol HDL (bueno) Es por eso que desde el año 2006 en Argentina, es obligatorio que se detalle el contenido de grasas trans en la etiqueta nutricional del producto.
¿Cuáles son las grasas buenas?
Las grasas buenas se denominan “poliinsaturadas” que a su vez se dividen en mono-saturadas (aceite de oliva, canola, palta y maní) y poliinsaturadas (pescado, nueces, almendras, avena, legumbres, semillas y verduras de hoja verde) Ayudan a disminuir el colesterol total y el colesterol malo (LDL) En este grupo se destaca la familia de ácidos grasos omega 3 y 6, que no pueden ser fabricados por el propio organismo y solo pueden ser incorporados a través de la alimentación, es por eso que se demoninan ácidos grasos “esenciales”
¿Cómo se puede evitar o prevenir el colesterol elevado en los niños?
En la infancia, los puntos a tener en cuenta son:
* Aumentar el aporte de verduras, frutas, fibras y pescado. Evitar las frituras, chocolates, grasas y manteca.
* Consumir pescado una o dos veces por semana (ya que aporta grasas omega 3)
* Es conveniente limitar la ingesta de alimentos fabricación industrial como papas fritas, snack y palitos.
* El papel principal de la prevención consiste en favorecer una adecuada ingesta de alimentos y promover que los niños consuman menos grasas totales y menos grasas saturadas (malas) en su dieta diaria.
* Es importante que mantengan un peso saludable (acorde a su talla y edad) y que realicen actividad física regularmente (ya sea en forma de juego o deporte) En el caso de los chicos grandes o adolescentes se puede reemplazar por caminatas de 30 cuadras 3 veces por semana, como mínimo.
Conclusiones:
* La clave reside en una alimentación moderada o prudente y tomar conciencia sobre la necesidad de hacer costumbre desde la niñez, hábitos más saludables para el corazón.
* La OMS recomienda limitar la ingesta de grasas, sustituir las grasas saturadas por grasas insaturadas y suprimir (lo más posible) el consumo de productos con grasas trans o hidrogenadas (leyendo la composición de las etiquetas nutricionales)
* Debemos tener en cuenta que los “aceites hidrogenados” o grasas invisibles pueden estar presentes en galletitas, pan, facturas, chocolates, alfajores, productos de copetín, helados, mayonesas y comidas rápidas (fast food)
* Para cocinar reemplazar la manteca por margarinas 0% “trans”.
* Utilizar aceites vegetales en pequeñas cantidades y en crudo.
* Consumir lácteos descremados, a partir de los dos años.
* Incluir en la alimentación aceite de oliva y de canola, que contienen omega 9, 6 y 3.
* Disminuir el consumo de frituras y no re-utilizar el aceite.
* Una correcta alimentación que considere la calidad y la cantidad de las grasas desde la infancia, disminuye los trastornos lipídicos y ayuda a evitar los efectos dañinos del colesterol alto sobre las arterias.
* Recordar que los padres debemos contribuir con el ejemplo, en la formación de hábitos estilos saludables.
Dra. Silvina A. Cuartas
Médica Pediatra y Lipidóloga Infantil